Así, la recomendación para solucionar el fallo es que los fabricantes eviten que se produzcan una reducción de la longitud de la clave de cifrado por debajo de 7 octetos. Además, también recomiendan que se realice autenticación mutua al realizar conexiones con dispositivos antiguos, que sólo se soporten conexiones seguras cuando sea posible, y que la autenticación de la conexión no se use para indicar de manera independiente un cambio en el estado de confianza del dispositivo sin antes requerir el establecimiento de un enlace cifrado entre ambos.
La única solución que tenemos para protegernos es que el fabricante de nuestro dispositivo o sistema operativo lance una actualización de seguridad que solucione el fallo. Todos los dispositivos que hayan recibido un parche de seguridad posterior a diciembre de 2019 están protegidos, y si no lo han recibido, son vulnerables. Los investigadores probaron el ataque en 30 dispositivos distintos, incluyendo móviles, tablets, auriculares, ordenadores e incluso una Raspberry Pi, y todos son vulnerables al ataque.